Viajar con niños puede ser una experiencia maravillosa, pero también puede traer consigo ciertos desafíos, especialmente cuando se trata de volar. Con mi experiencia en el sector turístico y siendo padre/madre, he recopilado algunos consejos esenciales para hacer de tu viaje en avión una experiencia más placentera y menos estresante tanto para ti como para tus pequeños.
Planificación y Preparación
La planificación es clave para un viaje exitoso. Comenzar con anticipación puede marcar la diferencia entre un vuelo caótico y una experiencia tranquila. Una de las primeras recomendaciones es llegar temprano al aeropuerto. Esto te permitirá tener suficiente tiempo para el check-in, pasar por los controles de seguridad y resolver cualquier imprevisto que pueda surgir. La prisa puede generar estrés, así que es mejor evitarla siempre que sea posible.
Es igualmente importante familiarizarse con los procedimientos de seguridad del aeropuerto, especialmente cuando viajas con niños. Explicar a tus hijos lo que sucederá en cada paso les dará confianza y les ayudará a entender las reglas, haciendo que la experiencia sea más fluida. Realizar un ejercicio previo en casa sobre cómo pasar por la seguridad puede prepararlos mejor para lo que les espera.
Asientos y Comodidad
Seleccionar los asientos adecuados es fundamental para la comodidad de tus hijos durante el vuelo. Considera la edad y el tamaño de los niños al elegir sus asientos. Los asientos en la ventana pueden ser una opción emocionante para ellos, mientras que los asientos en el medio suelen ser más seguros. Si tu niño pesa menos de 40 libras, te aconsejo llevar un asiento de seguridad que esté aprobado para su uso en aeronaves, garantizando su seguridad en todo momento.
Entretenimiento y Distracción
Una de las claves para un vuelo tranquilo es mantener a los niños entretenidos. Empaca una variedad de juguetes y libros para colorear, así como refrigerios para que tengan opciones durante el trayecto. Juguetes pequeños y creativos pueden mantener su atención y ayudar a que el tiempo pase más rápidamente. Además, planificar juegos o actividades que puedan hacer en el aeropuerto, o incluso durante el vuelo, puede ser una excelente forma de mantenerlos ocupados y felices.
Hidratación y Alimentación
Durante el vuelo, es esencial que los niños se mantengan bien hidratados. Llevar botellas de agua, jugos naturales o leche según las preferencias de tus hijos es muy importante. Asegúrate de liquidar antes de abordar y, si es posible, solicitar agua durante el vuelo. La alimentación también juega un papel crucial en el bienestar de los niños en este contexto, por lo que preparar refrigerios saludables y fáciles de consumir, evitando aquellos que requieran refrigeración, es una excelente idea. Un niño satisfecho es un niño feliz.
Horarios y Sueño
El horario del vuelo puede influir en el estado de ánimo de tus hijos. Si puedes, programa vuestros vuelos en función de los horarios de sueño de los niños. Los vuelos matutinos son ideales ya que suelen coincidir con el momento en que están más descansados. Esto no solo facilitará que se duerman durante el vuelo, sino que también disminuirá las posibilidades de que estén inquietos o irritables.
Reducir el Estrés
Por último, al planificar tu vuelo, intenta evitar las escalas si es posible. Cada escala puede aumentar el riesgo de retrasos y complicaciones, lo que puede contribuir al estrés tanto tuyo como del niño. Al optar por vuelos directos, podrás minimizar la duración del viaje y, con ello, la posibilidad de que los niños se sientan cansados o molestos por la espera.
Recuerda que viajar con niños es una aventura, y cada experiencia está llena de oportunidades para crear recuerdos inolvidables. Con la debida preparación y una actitud positiva, el vuelo puede ser el primer paso emocionante hacia un destino fascinante y lleno de nuevos descubrimientos. ¡Buen viaje!
